Recuento.

Los primeros días del nuevo año, son siempre tiempo de recuentos.

Las personas que nos quieren, nos llaman mucho antes de las campanadas. Por si acaso. Por si más tarde no pueden hacerlo. Y nos dicen lo que esperábamos oir. Y siempre aciertan.

Los divertidos, los que se acuerdan puntualmente, pero forman parte de nuestro mundo, nos wassapean durante la cena. Nos envían bromas, fotos de su copa de champan, o nos envían una canción a modo de archivo adjunto.

Los imprescindibles están contigo. Habeis planeado juntos la cena. Estais en silencio, esperando las campanadas, y os mirais de vez en cuando, deseando que todo acabe y reir, y comenzar a dar abrazos...

Hay quien no va a aparecer. Quien no llamará. Tú sabes que piensa en tí, porque tú piensas en él. Pero si no recibes su mensaje, no te va a doler. Soltarás un suspiro y sentirás que no eres la única responsable.

Y el día siguiente. Ha pasado tanto tiempo... cómo pasarían ellos la noche? se acostaron pronto? llamas ya? y si los despiertas? venga, llama ya, los pillas en pijama, pero seguro que se alegran de oir tu voz...

Tan lejos y tan cerca. En un intervalo de 24 horas. Has decidido quien es importante, y quien lo será un poquito menos éste año. Las cosas bonitas lo parecen aun más. Y lo que te entristecía, quedó atrás.

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