Cuando los mortales y los inmortales fueron separados, los poderosos dioses, quisieron todos los bienes para ellos, dejando a los humanos únicamente migajas. Prometeo, compasivo, dejó un único regalo de gran valor para aquellos que habían sido sus hermanos, el fuego.
Zeus, irritado por el ardid, mandó construir una figura encantadora, semejante a las mortales, a la que algunos otros dioses dotaron de virtudes. Afrodita le otorgó sensualidad, Atenea le concedió el dominio de las artes, pero Hermes se encargó de sembrar en su ánimo mentiras, seducción y un carácter inconstante. Así pues, fue enviada a visitar a Prometeo.
Allí Pandora abrió la vasija que contenía todos los males: vejez, enfermedad, fatiga, locura, vicio, pasión, tristeza, pobreza... y asustada, dejó caer la tapa impidiendo que el único don, que yacía en el fondo, la esperanza, saliera volando.
Apresuradamente, corrió Pandora hacia los hombres a consolarlos, hablándoles de la esperanza, a la que siempre podrían acudir, pues estaba a buen recaudo.
Primavera-verano 2013
uyyy ese vestido blanco que se ve en el fondo que monooooo
ResponderEliminargenial post, y un vestido precioso
ResponderEliminarte invito al sorteo de zapatos de marca en mi blog
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